lunes, 5 de abril de 2010

Cuarta etapa:

Viloria-Hontanas: 86,20 kmts.
Una vez desayunado en el
refugio de Acaccio y Orieeta, me dispongo a preparar la bicicleta para iniciar
una nueva etapa con la ilusión de haber conocido a estas grandes personas.
Comienza a llover levemente y hace un poco de aire, pero eso no me retiene en la planificación de la salida.
Estreno las fundas de mochila que me había comprado para que en el caso de lluvia, poder tapar las alforjas y el saco de dormir.
Me despido con algo de pena de Orietta por el excelente trato que nos ofrecieron a todos, pero con la emoción de encontrar nuevas sensaciones y las fuerzas renovadas. La verdad es que no tengo ninguna molestia en todo el cuerpo y eso me hace sentirme más fuerte. Pensaba que no podría aguantar tantos kilómetros en un día, así que imaginaros durante tres o cuatro días seguidos.
A la salida del pueblo me fijo en que los campos están con escarcha, y los charcos estaban completamente congelados.
La lluvia comienza a arreciar y el viento sopla cada vez con más fuerza, hasta el punto de que las gotas de agua que me dan en la cara parece que las tirasen con mala leche; cómo picaban!!.
En Belorado ya estoy completamente calado. Casi prefiero quitarme el chubasquero porque me estoy mojando más por dentro que por fuera, pero también me para bastante el aire.
El piso del camino comienza a hacerse pesado, las ruedas se frenan con el tremendo barro que se forma. Decido coger un tramo por la carretera para poder avanzar algo más, pero entre la que estaba cayendo y el agua que desprendían los vehículos que me pasaban (sobretodo camiones que no respetaban la distancia de seguridad), me sigue resultando dificilísimo por no decir imposible, aparte de darme verdadero miedo que se me lleven por delante. Tengo mucho, pero que mucho frío y me paro en una marquesina de una parada de autobús para refugiarme un poco del frío e intentar recuperar la temperatura corporal.
Se me están comenzando a poner morados los dedos de las manos, los pies ya ni los noto y tengo tantas tiriteras que parece que tengo un hermano gemelo. Entre las condiciones climatológicas y el excesivo peso de las alforjas que llevo, comienzo a derrumbarme. Mi cabeza me juega una mala pasada y estoy pensando en llegar a Burgos para coger un autobús e irme para casa. Lloro de rabia, impotencia y porque no quiero abandonar pero no puedo seguir.
Me cabreo conmigo mismo y salgo de la marquesina con una mala leche de armas tomar. Me dura bastante. Llego a Villafranca Montes de Oca y me meto en un bar. Le pido dos cafés con leche para intentar entrar en calor. La verdad es que pensé en echármelos por encima en lugar de bebérmelos, pero no hubiera quedado muy ético, no?.
Mientras estoy dentro del bar veo pasar a varios bicigrinos que se dirigen al Alto de la Pedraja por la carretera y uno me comenta que se ha tenido que dar la vuelta y salir del camino porque para las bicicletas estaba impracticable.
En total unos 15 bicigrinos han pasado ya por la carretera, así que aprovechando que parece que la lluvia cesa en su intensidad, salgo por la carretera intentando avanzar lo máximo posible. Los tres kmts. que hay hasta el alto de la Pedraja me resultan igual de interminables que los que me quedan para llegar a Burgos.
Llegar a San Juan de Ortega resulta igual de duro, aunque la tregua que nos están dando el agua y el viento nos permite hacerlo un poco más llevadero.
Llegando a Burgos me meto en un Centro Comercial y se me abre el cielo: Una oficina de Correos!!!. Ésta es la mia; le pido una caja y desvalijo las alforjas. Empiezo a sacar cosas y casi no paro. Total 4.100 gramos de más que llevaba. Y aún podría haber mandado más cosas pero creo que ya está bien. Qué razón tenías Juanin!!.
La oficina de correos cierran a las 14:30, pero muy amablemente se esperan hasta las 15:15 para que termine de recoger todo el tenderete que había montado.
Buff!!, parece que la mala hostia se me está yendo, y en el mismo Ctro. Comercial, aprovecho para comer en un buffet libre de pasta. Me pongo como el KICO, de comer y sobre las 5 de la tarde reemprendo la marcha, pero no hacia mi casa, sino hacia Hontanas; 32 kilómetros con un peazo nubarrón que me persigue durante todo el trayecto. Jopetas!, cómo se nota el peso que le he quitado a las alforjas!.
A falta de 10 kilómetros me pasan dos bicigrinos que habían salido de Sto. Domingo de la Calzada!!, con idea de parar en Castrojeriz, y aprovecho para que “me lleven” durante un ratico.
Llego al albergue y primera sorpresa: el albergue lo han estrenado esta misma semana. Me llevan al corral y me dicen que han hecho un sitio específico para lavar las bicicletas. Soy el primero que lo utiliza.!.
Segunda sorpresa: Voy a dormir solito en toda la casa. Sí, sí!, no hay ni un pere/bici grino más en el albergue. Aprovecho para colgar toda la ropa que estaba, como dice mi madre, “pingando de agua”por todos los radiadores, me ducho y me preparo la cenica.
Me he calmado bastante y ya no me sale humo de la cabeza. Me acuesto escuchando el Barça-Athletic de Bilbao (los dos equipos de mis amores), y me quedo frito. Si ronco esta noche, no voy a molestar a nadie.

3 comentarios:

  1. Hola Jonathan!!, como sabes no entiendo nada de bicis y menos del camino, pero por lo que he leído con todo lo que ya has pasado, seguro que cada día será más fácil y pronto llegarás a
    Santiago. Mucho ánimo y piensa que, como en un parto, la recompensa es grande y una vez conseguida se olvida lo sufrido.

    Un beso, Resu.

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  2. hola: para subir el alto de la Pedraja existe un camino de tierra, yo lo subi hace dos años y aunque es bastante empinado, no te jegas la vida con los camiones de la carretera, este camino se coge justo a la salida del ultimo pueblo, delante del albergue.
    No os jugueis la vida, la vida es el camino.
    MANGRI

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  3. Hola: de nuevo en junio de este año he vuelto a realizar el camino de santiago y he vuelto a pasar por el camino de tierra que sube La Pedraja y ademas este año no sali a la carretera arriba del puerto, sino que descubri que siguiendo el camino de tierra, bajas hasta san juan de ortega que es precioso y llegue a Atapuerca, que tiene un albergue privado que esta muy bien y un restaurante de diseño y con un menú para peregrinos, maravilloso.
    Os aconsejo esa ruta....

    mangri

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