jueves, 11 de marzo de 2010

05/03/2010

Únicamente ha sido una etapa, pero menuda etapa.

En principio, al salir del albergue, el hospitalero no es que nos aconsejara, sino que casi nos prohibió que fuéramos por el camino principal; motivo: había zonas de bosque que están muy abrigadas y a la sombra que tenían mucho riesgo y peligro de pasar por allí. Nos comentó que el sábado pasado la ciclogénesis explosiva había causado muchos problemas, como más de dos metros de nieve en algunos tramos, árboles caídos, ramas, etc. Vamos que era peligroso ir por esa zona. Alternativa: camino por Arnéguy y Valcarlos.


Comienzo a pedalear y llega el primer problema. Las zapatillas se me enganchan en las alforjas. Con los nervios y las prisas no las había enganchado al portabultos e iban saltando.
Una vez solucionado el problemilla me despisto y tiro hacia donde me habían prohibido. El caso es que me sonaba haber leído que había una rampa de tres pares de narices para salir del pueblo. Así que al terminar la rampa, paré a un vecino que iba en un coche y nada más bajar la ventanilla sin tener tiempo de preguntarle nada me dijo: “Güí! Compostelle, guí!” o algo así. Decidí dar la vuelta porque olía a “chamusquina”. Volví a preguntar en el pueblo y me indicaron cómo debía salir. Por la carretera y a un kilómetro más o menos a mano derecha había un puente que comunicaba con el camino alternativo.

Después de hacer varios kilómetros y antes de llegar a Arnéguy, tuve que retroceder porque en uno de los cruces, no había señalización y me guié por el camino más ancho que subía, subía y subía.... Tenía que haber cogido el camino estrecho.

Llego a Arnéguy (frontera de Francia con España), pregunto como está la cosa y me comentan que mejor siga por la carretera, y me meta en el camino un poco más adelante.

Continúo por la carretera, y en una de las entradas al camino, me encuentro a dos chicos japoneses y una chica alemana descansando. Ni ellos hablaban español, ni yo japonés ni alemán, la alemana solo en alemán... les pregunto por el método digital y los japoneses me dicen sonriendo y con la cabeza algo así como: sí, sí tira por aquí!!. Les hago caso y tiro para abajo y primera sorpresa. Con razón se reían los japoneses; la madre que me parió qué cuestas!. Era como subir unas escaleras pero sin escalones!!. La niebla se va haciendo cada vez más espesa, el frío comienza a apretar y se levanta una ligera brisilla, que hacen que se me pongan las tetas como percheros.


Cruzo el río que iba remontando y después de subir a duras penas unos escalones para peatones la mar de resbaladizos con hojas, ramas, musgo, etc..., llego a la carretera donde me indica el kilómetro 69 a Pamplona!!. La p… de oros!!.
Continúo por la carretera medio exhausto por el esfuerzo hecho por el barrizal, y sorprendentemente sin saber de dónde salió, apareció lo que entendí que era mi primer “ángel del camino”: un perro raza pastor belga de pelo rubio-castaño claro se me presenta delante con las orejas tiesas. Con las pocas fuerzas que tenía y viendo que se me acercaba, se me puso el culo como el pitorro de un botijo. Me bajé de la bicicleta y el perro se fue por el arcén contrario pero en la misma dirección que yo pero sin perderme de vista. En una de las curvas en forma de herradura el perro se me acerca, me paro, se da la vuelta cruzando la carretera y mirándome avanza hacia la entrada del camino justo donde había una fuente con una concha., como diciéndome: “Chacho, tira por aquí que te vas a pegar un panzón de carretera…” Decido ir hacia él, sigue subiendo y de vez en cuando se gira y se para como esperándome. Me subió hasta el alto de Ibañeta con una niebla que no se veía a diez metros. Parecía una carretera de montaña. No sabía hacia donde tirar: derecha… izquierda…

Oigo las voces de unos señores que se van acercando, y me espero para preguntarles por Roncesvalles, pero de repente se eschuca como se cierra la puerta de un coche. Coñe!!, corre hacia las voces que se piran!!!. Las voces estaban justo allí, a tan solo 15 metros de mi. Era el aparcamiento que hay junto a la Capilla de San Salvador y una montañita con un montón de cruces. Les pregunto y me dicen: “Mal día hoy, eh??. Estás a 1,5 -2 kilómetros de Roncesvalles, pero ten muchísimo cuidado porque no se ve un pimiento, y a ver si se te van a llevar por delante”.


Fue llegar a Roncesvalles y la niebla desapareció como por arte de magia.
Paro a comer y aprovecho para llamar a AKM (le debía la llamada desde hacía varios días) que me dio las fuerzas que necesitaba para afrontar el resto de la jornada que se me antojaba durísima.

Mientras estaba comiendo en creo que se llamaba "La posada", entró una pareja de peregrinos que venían por el mismo sitio que yo. Nos ponemos a charlar y el chico me comenta, que el año pasado había hecho el tramo por la vía principal y no tenía nada que ver. Esta vía alternativa, según él, es mucho más dura. Yo no puedo opinar sobre este tema, pero por Arnegui-Valcarlos-Ibañeta para los bicigrinos es duro de coj...s!. Hay dos tramos de escaleras que son matadoras.

En el restaurante de nuevo me comentan que para ir en bicicleta, mejor que vaya por la carretera ya que la puñetera ciclogénesis explosiva derribó muchos árboles y todavía quedaban por el trazado. Si fuera andando los obstáculos se podían sortear medio bien, pero en bicicleta....

Llamo a Zerpoty, conversamos un ratico, le comento como está el tema y me dice, "justo detrás de la señal que indica Santiago de Compostela 790 kmts. hay una entrada al camino, yo creo que hasta Mezquiriz podrás ir por ahí; luego según lo veas, tira por la carretera".
Le hice caso, pero mecachisenlapenanegra!, a pocos metros un peazoarboldelahostia, creo yo que colocado con mala leche, en horizontal me dice: chatico date la vuelta porque por aquí lo tienes chungui!. Como dicen en mi pueblo: mitjavolta y patrás!.

Salí de nuevo a la carretera y ya no la dejé hasta llegar a Pamplona.

En resumen: De los 66 kilómetros que marcan en las guías, terminé haciendo 82. Paliza que te crió.

Ah!, por cierto: Era mi primer día con las alforjas. Me las llevé cargadas con cosas que sabía que no iba a utilizar pensando en controlar un poco el peso para el tramo definitivo: Pamplona-Santiago. Marditoerdíaenquesemeocurreestrenarlaspuñeterasalforjasdeloshuevos".


Llegué a Pamplona "reventao", con unos calambres insoportables por las piernas. El día había sido duro, durísimo.
El trayecto de vuelta en bus a Zaragoza fue matador. No podía estirar las piernas, sólo con mover un dedo de los pies se me subían los gemelos, el cuello agarrotao de tanto empujar pa’rriba....

Pero a las 22:30, todos los males se me fueron de golpe; allí estaban esperándome mi mujer y mi hija, que desde que bajé del bus no pararon de darme achuchones, besos, ... hasta que cai agotau en la cama!!.

De todas maneras, puedo asegurar que para nada me arrepiento de haber hecho esa etapa. Aparte de lo dura que fue, es ciertamente precioso, incluso con niebla. Repetiría sin dudarlo.

Bueno, esto es todo de momento. El día 31 de marzo salgo de nuevo para Pamplona y el día 1 de abril comenzar el Camino hasta Santiago.

Un abrazo a todos y muchísimas gracias por vuestros ánimos.

1 comentario:

  1. Aquí en Barcelona tendrás a otro maño de adopción siguiendo tu camino y dandote aunque solo sea palabras de apoyo para que no desfallezcas en tu bicigrinaje. Los dias de semana santa intentaré seguirte desde tierras de Teruel donde estaré unos dias descansando.

    Muchos animos y BUEN CAMINO!!!

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