lunes, 3 de mayo de 2010

Décima y última etapa (Arzúa-Santiago de Compostela – 43,42 kmts.)

Por fin he dormido en condiciones. Anoche dejé todo preparado para no perder tiempo a la salida. Tengo tantos nervios y tantas ganas de llegar como de no llegar.
Anoche en el grupo de turigrinos había dos chicas que llevaban los pies como si les hubiera explotado una granada. La madrequemeparió, que montonera de ampollas!!. Claro, si es que estrenan botitas norgüare, muy bonitas por cierto.
Los chicos del grupete no pararon de darse por las piernas un ungüento mú raro; decían que era para evitar los calambres. Y digo yo… No sería más fácil que se pusieran una toma de tierra o un diferencial automático?. jajajaja
A las 23:30 de la noche, hora en que apagan las luces, una señora en la otra punta de la habitación se cabrea porque solo hay un enchufe y está ocupado por mi teléfono; me levanto de la cama y le enseño que he enchufado un “ladrón” y que en cualquiera de los dos agujeros que tiene libres se lo puede enchufar (me refiero a los agujeros del ladrón claro está!.). La señora me lo agradece y conecta el teléfono.
En el mismo albergue hay una cafetería donde desayuno tranquilamente, una napolitana de chocolate, un cola-cao, y un zumo de naranja. En la mesa que tengo detrás está el grupito de las “granadas”, y los “ungüentos”, y están comentando que caminando les quedan como dos días. Cierto!, ó no!!.
Cuando salgo del albergue (08:30 de la mañana), el grupo todavía está en la cafetería.
Salgo tranquilamente con el pensamiento puesto en Santiago. El camino es un contínuo frenar y tocar el timbre para no asustar a los peregrinos, turigrinos, excursionistas, paseantes, etc. En esta zona hay de todo. Unos se giran con cara de susto porque no lo han oído y estoy justo detrás de ellos esperando encontrar una zona más amplia para poder rebasarlos, otros ni siquiera se inmutan y otros sí que te lo agradecen con frases del tipo: “Hombre, un ciclista con timbre!!, se agradece que aviséis porque hace poco ha pasado uno que casi nos tira”.
Hay unos cuantos tramos bastante durillos pero la ilusión puede con todo. Me llama Lydia y me dice que me faltan 12 kilómetros para llegar a la televisión de Galicia. Que ahora es todo bajada. Todo bajada!•!!???. Cuando llegue a casa le voy a poner los vídeos de Barrio Sésamo para que Supercoco le explique la diferencia entre arriba y abajo… subir y bajar… etc. Todo bajada, dice; será para darme ánimos?.
Me acerco a un grupo de chavales de unos quince años que van rezando: “Dios te salve María….”, y no sé por qué, me emociona tanto que me quedo detrás de ellos hasta que terminan el rezo. Cuando terminan, acelero la marcha y comienzan: “Padre nuestro…”; por respeto me vuelvo a parar, y me uno a ellos. Terminan y arranco un poco más rápido por si acaso… y de nuevo: “Creo en Dios…”. Ya no me paro que sino no llego ni pa’ las uvas!. Mientras me voy alejando, se ponen a aplaudirme, supongo que sería por el gesto de querer compartir con ellos unos instantes.
Más adelante, en una de las aldeas, pierdo las flechas amarillas, doy unas cuantas vueltas por allí y sólo encuentro a un señor que estaba haciendo trabajos de mantenimiento en el cementerio. Me indica que por dónde he venido no hay flechas, que me las he pasado a la entrada del pueblo. Con razón no las veía!!.
La subida hasta la televisión de Galicia es para nota. Menuda pendiente más continuada hay. En dos ocasiones tengo que clavar la cabeza en el manillar para evitar que se levante la bicicleta. En la tercera ocasión casi mesmorro porque se ha levantado la bicicleta y no me ha dado tiempo de sacar la zapatilla del pedal automático. Por detrás viene un grupito de chavalitos de 11-12 años con monitores, y le digo a uno: “Ala! Chavalín ahora te toca a ti un ratico, que yo ya la he llevado mucho rato!. (risas de todo el grupito).
Me adelanto con el monitor que los precede y vamos comentando el tramo de subidita, hasta que llegamos al primer cartel que anuncia que llegamos a Santiago de Compostela, que parece que nos anuncia que se ha terminado la subida.
A partir de aquí el recorrido es bastante monótono y llegamos al lugar “obligado” para fotografiarse. Es una piedra grandiosa donde pone “Santiago”, y lleva gravado un bordón, una calabaza y una vieira.
El Monte do Gozo está a la vuelta de la esquina. Ya he llegado al monumento a Juan Pablo II. Me estoy empezando a poner muy, pero que muy nervioso. El Camino toca a su fin.
Hay muchísima gente en la capilla de San Marcos, sentados a los pies del monumento, en el garito de bebidas que han colocado justo al lado…
Me voy a acercar al monumento al peregrino que está justo al otro lado de la colina.
Sorpresa!!,. Es como si estuviera en un sueño; me encuentro sólo, solísimo junto a ellos: LOS PEREGRINOS señalando hacia la Catedral de Santiago.
Disfruto mucho del momento sentándome junto a ellos y abrazando a mi compañera de viaje. Le doy un montón de palmadas al sillín cuál jinete felicita a su caballo por haber realizado la mejor carrera, a la vez que alzo los brazos con los puños cerrados en señal de victoria. Estoy viendo las torres de la catedral, y llamo a Lydia para decírselo.
A que no sabes dónde estoy!!??.
Y me dice: En Astorga?—jajajajaja. Enhorabuena cariño. Ya lo tienes!!. Disfruta de lo poquito que te queda para llegar y cuando estés en Santiago me llamas. Te quiero!!.
Cojo la bicicleta y voy bajo como una centella hasta el tramo de escaleras que hay a la izquierda y que aparece casi de sopetón. Estoy tan pletórico que cojo la bicicleta y me la echo al hombro para bajar.
Ya solo me queda pararme en el puente de la autopista y hacerme la foto con la señal de “Santiago”.
El discurrir por Santiago hasta que llegas a la Plaza de la Magdalena lo hago bastante rápido.
Ya estoy en las escaleras que hay bajo unos arcos y que conducen a la PLAZA DEL OBRADOIRO. No os podéis imaginar la cantidad de lagrimones que me salen bajando por las escaleras y escuchando a un gaiteiro tocando una muñeira como si me diera la bienvenida. Pero… en el último tramo de escaleras me quedo bloqueado. No puedo avanzar ni un paso. Decido a llamar a Lydia para intentar tranquilizarme un poco. Vamos eso… y para comunicarle que estoy a puntito a puntito de cumplir mi promesa.
Parece imposible pero tengo más hipo que el día de la Cruz de Ferro. Por la voz noto como Lydia también está emocionadísima, pero ella es mucho más fuerte que yo (por lo menos delante de mí).
Me anima para que de las últimas pedaladas y me ponga en el centro de la plaza para verme por la cámara web que hay instalada. Estoy tan despistado buscando la cámara que ya estoy justo en el centro de la plaza. Lydia me dice que me ve muy pequeñito, pero que sí me ve justo al lado de una veintena de personas.
Estoy 10 minutos sentado en el centro de la Plaza dirigiendo la mirada hacia la Catedral de Santiago. No me lo puedo creer!!.
Lydia me llama y me comenta que vaya para la plaza de las Platerías y que me ponga justo en la fuente. Ahora no hay nadie allí y se me verá mejor. Pues allá que voy. Pero antes me quiero hacer una foto con mi BICICLETA frente a la catedral. Menudo abrazo me di con el bicigrino que se tiró al suelo para coger la mejor perspectiva de la fotografía.
Justo al lado de la plaza de las Platerías, está la oficina del peregrino. Hay una fila del copón que sale hasta la calle, pero va bastante rapidilla. La oficina donde te entregan la “Compostela” está en la primera planta.
Mientras espero mi turno en el primer rellano, veo como baja con la Compostela en la mano una chica que me resulta muy familiar, pero he visto a tanta gente ….
El momento que culmina MI PROMESA, está al caer; ya me toca el turno de entregar la credencial. Las palabras del chico que me atiende son: “Enhorabuena Jonathan, aquí tienes tu Compostela”. Joder que sensible soy… otra vez a llorar.
Bajando por las escaleras me cruzo con una peregrina que me suena un montón… Estoy alucinando… Claro!, esta es la madre de la chica que he visto bajar antes!!. Son las que estaban anoche en Arzúa con los pies llenitos de ampollas. Me paro para hablar con ella y le digo que son unas “máquinas”; han tardado menos tiempo a pie que yo en bicicleta!!. La respuesta es que mañana tienen cosas que hacer y no les daba tiempo, así que… autobús al canto!. Bueno… cada uno hace el camino como quiere.
Esta tarde, después de descansar un poco, llevaré la bicicleta a la tienda “Ultreia”, para que me la envíen a casa junto a las alforjas. Pero antes voy a intentar meter todo lo que no necesite, porque el domingo vuelvo en avión/AVE, y no quiero tener que ir cargando con mucho material.
A las 15:30 me tumbo en la cama, y parece increíble, pero en ese mismo momento el cuerpo me hace una jugarreta. No me puedo mover. Es como si hubiera notado que ya no le voy a pedir más esfuerzo y me he encogido como una esponja. Intento mover los pies y me dan calambres hasta en la espalda. Estoy así como 45 minutos y poco a poco voy recuperándome.
Sobre las 17:30 voy a la tienda para dejar la bicicleta, y como tenía los billetes de vuelta para el domingo y no tengo opción de cambiarlos sin coste, me quedaré por aquí a visitar la ciudad. Pero no estaré mucho tiempo porque estoy cansadísimo.
A las 20:00 horas ya he cenado y me voy a meter en la cama porque no me tengo en pie. Hasta mañana!!.

1 comentario:

  1. Hola Jonathan, haberte encontrado en la red fue muy curioso, soy mexicana y estaba buscando como decorar una tarta para una fiesta infantil, asi que no tengo idea de como y porque salió tu blog. Me detuve a echarle un ojo, porque yo también soy Peregrina, hice El Camino el verano pasado, sin duda, la mejor experiencia de mi vida!
    He visto ya todas tus fotos, que emoción volver a recordar la experiencia.
    Yo también he hecho un blog, aunque aun no lo he terminado aqui te paso la dirección por si quieres echar un vistazo.
    http://lucascaminodesantiago.blogspot.com/
    Un abrazo desde México, buen camino!!

    Lucrecia

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