lunes, 3 de mayo de 2010

Décima y última etapa (Arzúa-Santiago de Compostela – 43,42 kmts.)

Por fin he dormido en condiciones. Anoche dejé todo preparado para no perder tiempo a la salida. Tengo tantos nervios y tantas ganas de llegar como de no llegar.
Anoche en el grupo de turigrinos había dos chicas que llevaban los pies como si les hubiera explotado una granada. La madrequemeparió, que montonera de ampollas!!. Claro, si es que estrenan botitas norgüare, muy bonitas por cierto.
Los chicos del grupete no pararon de darse por las piernas un ungüento mú raro; decían que era para evitar los calambres. Y digo yo… No sería más fácil que se pusieran una toma de tierra o un diferencial automático?. jajajaja
A las 23:30 de la noche, hora en que apagan las luces, una señora en la otra punta de la habitación se cabrea porque solo hay un enchufe y está ocupado por mi teléfono; me levanto de la cama y le enseño que he enchufado un “ladrón” y que en cualquiera de los dos agujeros que tiene libres se lo puede enchufar (me refiero a los agujeros del ladrón claro está!.). La señora me lo agradece y conecta el teléfono.
En el mismo albergue hay una cafetería donde desayuno tranquilamente, una napolitana de chocolate, un cola-cao, y un zumo de naranja. En la mesa que tengo detrás está el grupito de las “granadas”, y los “ungüentos”, y están comentando que caminando les quedan como dos días. Cierto!, ó no!!.
Cuando salgo del albergue (08:30 de la mañana), el grupo todavía está en la cafetería.
Salgo tranquilamente con el pensamiento puesto en Santiago. El camino es un contínuo frenar y tocar el timbre para no asustar a los peregrinos, turigrinos, excursionistas, paseantes, etc. En esta zona hay de todo. Unos se giran con cara de susto porque no lo han oído y estoy justo detrás de ellos esperando encontrar una zona más amplia para poder rebasarlos, otros ni siquiera se inmutan y otros sí que te lo agradecen con frases del tipo: “Hombre, un ciclista con timbre!!, se agradece que aviséis porque hace poco ha pasado uno que casi nos tira”.
Hay unos cuantos tramos bastante durillos pero la ilusión puede con todo. Me llama Lydia y me dice que me faltan 12 kilómetros para llegar a la televisión de Galicia. Que ahora es todo bajada. Todo bajada!•!!???. Cuando llegue a casa le voy a poner los vídeos de Barrio Sésamo para que Supercoco le explique la diferencia entre arriba y abajo… subir y bajar… etc. Todo bajada, dice; será para darme ánimos?.
Me acerco a un grupo de chavales de unos quince años que van rezando: “Dios te salve María….”, y no sé por qué, me emociona tanto que me quedo detrás de ellos hasta que terminan el rezo. Cuando terminan, acelero la marcha y comienzan: “Padre nuestro…”; por respeto me vuelvo a parar, y me uno a ellos. Terminan y arranco un poco más rápido por si acaso… y de nuevo: “Creo en Dios…”. Ya no me paro que sino no llego ni pa’ las uvas!. Mientras me voy alejando, se ponen a aplaudirme, supongo que sería por el gesto de querer compartir con ellos unos instantes.
Más adelante, en una de las aldeas, pierdo las flechas amarillas, doy unas cuantas vueltas por allí y sólo encuentro a un señor que estaba haciendo trabajos de mantenimiento en el cementerio. Me indica que por dónde he venido no hay flechas, que me las he pasado a la entrada del pueblo. Con razón no las veía!!.
La subida hasta la televisión de Galicia es para nota. Menuda pendiente más continuada hay. En dos ocasiones tengo que clavar la cabeza en el manillar para evitar que se levante la bicicleta. En la tercera ocasión casi mesmorro porque se ha levantado la bicicleta y no me ha dado tiempo de sacar la zapatilla del pedal automático. Por detrás viene un grupito de chavalitos de 11-12 años con monitores, y le digo a uno: “Ala! Chavalín ahora te toca a ti un ratico, que yo ya la he llevado mucho rato!. (risas de todo el grupito).
Me adelanto con el monitor que los precede y vamos comentando el tramo de subidita, hasta que llegamos al primer cartel que anuncia que llegamos a Santiago de Compostela, que parece que nos anuncia que se ha terminado la subida.
A partir de aquí el recorrido es bastante monótono y llegamos al lugar “obligado” para fotografiarse. Es una piedra grandiosa donde pone “Santiago”, y lleva gravado un bordón, una calabaza y una vieira.
El Monte do Gozo está a la vuelta de la esquina. Ya he llegado al monumento a Juan Pablo II. Me estoy empezando a poner muy, pero que muy nervioso. El Camino toca a su fin.
Hay muchísima gente en la capilla de San Marcos, sentados a los pies del monumento, en el garito de bebidas que han colocado justo al lado…
Me voy a acercar al monumento al peregrino que está justo al otro lado de la colina.
Sorpresa!!,. Es como si estuviera en un sueño; me encuentro sólo, solísimo junto a ellos: LOS PEREGRINOS señalando hacia la Catedral de Santiago.
Disfruto mucho del momento sentándome junto a ellos y abrazando a mi compañera de viaje. Le doy un montón de palmadas al sillín cuál jinete felicita a su caballo por haber realizado la mejor carrera, a la vez que alzo los brazos con los puños cerrados en señal de victoria. Estoy viendo las torres de la catedral, y llamo a Lydia para decírselo.
A que no sabes dónde estoy!!??.
Y me dice: En Astorga?—jajajajaja. Enhorabuena cariño. Ya lo tienes!!. Disfruta de lo poquito que te queda para llegar y cuando estés en Santiago me llamas. Te quiero!!.
Cojo la bicicleta y voy bajo como una centella hasta el tramo de escaleras que hay a la izquierda y que aparece casi de sopetón. Estoy tan pletórico que cojo la bicicleta y me la echo al hombro para bajar.
Ya solo me queda pararme en el puente de la autopista y hacerme la foto con la señal de “Santiago”.
El discurrir por Santiago hasta que llegas a la Plaza de la Magdalena lo hago bastante rápido.
Ya estoy en las escaleras que hay bajo unos arcos y que conducen a la PLAZA DEL OBRADOIRO. No os podéis imaginar la cantidad de lagrimones que me salen bajando por las escaleras y escuchando a un gaiteiro tocando una muñeira como si me diera la bienvenida. Pero… en el último tramo de escaleras me quedo bloqueado. No puedo avanzar ni un paso. Decido a llamar a Lydia para intentar tranquilizarme un poco. Vamos eso… y para comunicarle que estoy a puntito a puntito de cumplir mi promesa.
Parece imposible pero tengo más hipo que el día de la Cruz de Ferro. Por la voz noto como Lydia también está emocionadísima, pero ella es mucho más fuerte que yo (por lo menos delante de mí).
Me anima para que de las últimas pedaladas y me ponga en el centro de la plaza para verme por la cámara web que hay instalada. Estoy tan despistado buscando la cámara que ya estoy justo en el centro de la plaza. Lydia me dice que me ve muy pequeñito, pero que sí me ve justo al lado de una veintena de personas.
Estoy 10 minutos sentado en el centro de la Plaza dirigiendo la mirada hacia la Catedral de Santiago. No me lo puedo creer!!.
Lydia me llama y me comenta que vaya para la plaza de las Platerías y que me ponga justo en la fuente. Ahora no hay nadie allí y se me verá mejor. Pues allá que voy. Pero antes me quiero hacer una foto con mi BICICLETA frente a la catedral. Menudo abrazo me di con el bicigrino que se tiró al suelo para coger la mejor perspectiva de la fotografía.
Justo al lado de la plaza de las Platerías, está la oficina del peregrino. Hay una fila del copón que sale hasta la calle, pero va bastante rapidilla. La oficina donde te entregan la “Compostela” está en la primera planta.
Mientras espero mi turno en el primer rellano, veo como baja con la Compostela en la mano una chica que me resulta muy familiar, pero he visto a tanta gente ….
El momento que culmina MI PROMESA, está al caer; ya me toca el turno de entregar la credencial. Las palabras del chico que me atiende son: “Enhorabuena Jonathan, aquí tienes tu Compostela”. Joder que sensible soy… otra vez a llorar.
Bajando por las escaleras me cruzo con una peregrina que me suena un montón… Estoy alucinando… Claro!, esta es la madre de la chica que he visto bajar antes!!. Son las que estaban anoche en Arzúa con los pies llenitos de ampollas. Me paro para hablar con ella y le digo que son unas “máquinas”; han tardado menos tiempo a pie que yo en bicicleta!!. La respuesta es que mañana tienen cosas que hacer y no les daba tiempo, así que… autobús al canto!. Bueno… cada uno hace el camino como quiere.
Esta tarde, después de descansar un poco, llevaré la bicicleta a la tienda “Ultreia”, para que me la envíen a casa junto a las alforjas. Pero antes voy a intentar meter todo lo que no necesite, porque el domingo vuelvo en avión/AVE, y no quiero tener que ir cargando con mucho material.
A las 15:30 me tumbo en la cama, y parece increíble, pero en ese mismo momento el cuerpo me hace una jugarreta. No me puedo mover. Es como si hubiera notado que ya no le voy a pedir más esfuerzo y me he encogido como una esponja. Intento mover los pies y me dan calambres hasta en la espalda. Estoy así como 45 minutos y poco a poco voy recuperándome.
Sobre las 17:30 voy a la tienda para dejar la bicicleta, y como tenía los billetes de vuelta para el domingo y no tengo opción de cambiarlos sin coste, me quedaré por aquí a visitar la ciudad. Pero no estaré mucho tiempo porque estoy cansadísimo.
A las 20:00 horas ya he cenado y me voy a meter en la cama porque no me tengo en pie. Hasta mañana!!.

miércoles, 28 de abril de 2010

Etapa 9: Sarria-Arzúa (80,52 kmts.)
Esta noche la hemos pasado en la línea parecida a las dos anteriores. En la habitación donde hemos dormido Alberto y yo, estaban alojados tres bicigrinos más que se fueron a cenar. Uno de ellos debió comer col, brócoli o alguna que otra legumbre, a la par que debió atiborrarse de bebida con gas.

Me ha recordado a las verbenas de Sant Joan de mi barrio, Entre los ronquidos y las flatulencias que le emergían tanto de los bajos del chasis como de la zona superior entre la nariz y la barbilla. Qué suerte!!. Hemos compartido habitación con el hombre orquesta!!!.

Hemos desayunado en el mismo bar de anoche, y nos disponemos a realizar la revisión de las bicicletas para afrontar la última ó penúltima etapa. Ya veremos cómo va el día…

Alberto quiere llegar hoy a Santiago y como va bien de tiempo y le sobran días se ha planteado seguir mañana hasta Finisterre y el sábado volver de Finisterre a Santiago.

Empezamos la etapa con una subidita que yo creo que se le atraganta a cualquiera. Nada más empezar esa cuestecita nos hace poner los pies en el suelo y nos prepara para lo que se nos viene encima.

Alberto comienza una persecución psicológica/graciosa contra mi persona, para que me una a él y acabar la etapa en Santiago de Compostela. En principio le igo un NO rotundo porque para 111 kilómetros se me antoja mucha tralla para un solo día, teniendo en cuenta que la etapa que más kilómetros he realizado en toda mi
preparación/camino fue ayer con 104 kmts.

Ayer creía que O’Cebreiro sería el último “coco” del recorrido, pero no… me esperaba la etapita “Port-Aventura”, como la hemos bautizado.

Menos mal que nos dijeron, a partir del Poio ya.. bajada hasta Santiago!. La madre del Tano!!. Bajadita, corredoira, subidón, corredoira, bajadita, corredoira, subidón… y así casi hasta Arzúa.

Alberto con el cachondeito va tirándome “piedrecitas” del tipo… “esta tarde cuando
lleguemos a Santiago se te quitan todos los males”; “qué bonito tiene que ser Finisterre….”. Y yo le empiezo a cantar una musiquilla tal que: “No… me toques las palmas que me conozco, no me toques las palmas que no que nooooo”

Echa el freno Macarenooooo!!!; Vamos tan lanzados en una bajada que casi nos comemos un supermegaextracharco del copón!. Tenemos que subir a unas piedras para poder cruzar el charco.

Una vez hemos salvado el escollo del lago pipicaca-barrizal, comenzamos una subida no muy empinada pero con la dificultad de que caía bastante agua. Este tramo está preparado para que pasemos por unos “bordillos” que han colocado a una distancia de cómo un metro de separación entre uno y otro. En algunos momentos los bordillos están sumergidos 4 ó 5 dedos con lo que el frescor salvaje del agüita que baja nos “limpia” las zapatillas y los dátiles. Las bicicletas como
no.. por el agua, y en alguna ocasión tenemos que tirar del sillín para que las alforjas no se mojen con tanta profundidad que hay.

Justo acabamos de pasar el hito que indica que nos quedan 100 kilómetros, y a la salida la localidad de Ferreiros y primer y único pinchazo. En realidad fue como el spray: tres en uno.

Menos mal que viene Alberto conmigo…yo soy un pardillo del mundo de la bicicleta; de hecho es la primera vez que pincho.

En tan solo cinco minutos ha quitado la rueda, ha desmontado la cubierta, ha comprobado y ha sacado la cámara. Se cerciora de que no hay nada clavado por la cubierta y mete la cámara nueva. Comprueba algunos radios perjudicados de su bicicleta y le digo: “A este paso no llegamos a Santiago esta tarde eh….” (risas varias).

Una pareja de italianos talluditos se para a preguntarnos que nos ha pasado.

Yo: “Hemos pinchao!”
italiano: “Non capisco”
yo: “Li ruedi ha fatto pumm”
ita: “Ah!, bene, bene, jajaja”. fino a che punto si arriva oggi??.
yo: “Le mio compañeri vole arribare a Santiago”
italiani: “Non ti credo”
yo: “Crede, crede...questo machi, e molto machi”.
Los italianos se parten de risa con mi “italiano”.

Continúo con la explicación:
“Ti sabere qui e Espartero?”.
italiani: “Ma’ claro... il generali”
yo: “Pues mi amicci los tiene come suo caballi” (esta frase iba acompañada con un gesto con el puño cerrado y el brazo mirando pa’rriba) , Jajajajaja
Me dice la italiana: quale homo bestia!!”.

Se alejan riéndose Mientras recolocamos todas las herramientas en las alforjas.
Reemprendemos la marcha y le digo que vaya tirando porque si sigo su ritmo me va a dar garrampa por todo el cuerpo. Se resiste y me dice que me remolcará hasta Finisterre.

Estamos a punto de rebasar a los italianos cuando él marido se gira y nos dice que paremos.

italianio: “qualcosa di breve”. Noi Prima di iniziare el camino, en Madrid, abbiamo
mangiato raba di taro!.
yo: “Rabo de toro”.
italiani: “essato, accuratta”.
yo: “Pues questo amicci los tiene como el que te comiste”.
todos: Jajajajajaj. Menudas carcajadas nos pegamos los cuatro.
Y así nos despedimos deseándonos buen camino.

Más adelante, suena el teléfono y me tengo que parar para dar el parte de incidencias. Alberto me dice que mientras voy hablando, él va a seguir porque tiene claro que quiere llegar hoy a Santiago y yo le digo que viendo como es la orografía del terreno con llegar a Arzúa me doy con un canto en los dientes.

Llegando a Portomarín hay una bajada de la leche, que se complementa con la puñetera subidita que hay hasta el centro del pueblo. Visita a la iglesia, sello, compra para comer y arreando que es gerundio. Ni rastro de Alberto, este seguro que ya ha llegado a Santiago.

Tengo barro hasta en la gurrupera.

Continúo un poco más y me paro a comer tranquilamente en una zona con mesas que hay en Ventas de Narón. Por allí pasan una familia con el peregrino más joven que he visto durante todo el trayecto. No levanta del suelo ni 5 palmos. Su padre lo lleva en una mochila portabebés.

Cuando termino de comer al poco de iniciar la marcha, alcanzo a la familia y el peque ya está dormido Pobrecillo!!!, la de bandazos que le da la cabeza con el caminar de su papi. Pero él va todo dormidito.

Poco a poco voy tirando y al llegar a Palas de Rei me encuentro con los salmantinos de ayer. “Qué cab…ón!!!, has venido por el camino?. Joder lo tuyo sí que es fuerte. Nosotros hemos tirado por carretera porque el camino está hecho una pena, y seguramente seguiremos por carretera”.

Pos vale!, yo voy a seguir por mi rutica que como me dijo mi amigo Vicens (beteterocarrozón), a poco que puedas no pises la carretera. De todas maneras hay que ir con mucho tiento con el tráfico. Si los tramos donde hay que cruzar son bastante peligrosos, cómo será ir por el arcén…”.

Sin darme cuenta estoy llegando a Arzúa pero son las 18:30.
Justo entrando en Arzúa alcanzo a unos bicigrinos que venían por la carretera. Hostias!!, pero si son los salmantinos!!. que vienen por la carretera.

“Qué tal!!!????.”
“Cóóóñññññeeee qué susto nos has dao!!. Joder no me digas que has tirado por el camino. Eres un máquina tío!. Tienes unos huevos del 15”.

Esas palabras me reconfortan un montón… 8 días pedaleando sin parar con una media de 85 kilómetros diarios, con una preparación diría yo que justica, y que cuatro tíos que se les nota que están curtidos en el tema de la btt me digan eso me sube la moral hasta arriba.

Me alojo en el albergue Ultreia, donde coincido con un grupito de peregrinos que más bien eran turigrinillos. Empezaron el camino donde la mayoría de la gente que hemos adelantado hoy: Sarria.

Duchita, cenita y a la cama, que parece que no pero ha sido un día muy, pero que muy duro. Casi diría que es una etapa igual de dura que fue subir la Cruz de Ferro el Cebreiro.

Ala pues!, a descansar que mañana va a ser un gran día!!.

martes, 27 de abril de 2010

Qué bien nos lo pasamos anoche. Ahí fue donde comenzamos a fraguar nuestra buena amistad. Cenamos en el bar que hay justo al lado del albergue Los Blasones. No nos daba muy buena espina por lo “higienizado” que estaba todo. Pero entre el hambre que teníamos y lo cansado que estábamos no pusimos ningún reparo en nada.

Comenzamos a hablar de las familias, de por qué estábamos haciendo el camino, de nuestras vidas deportivamente hablando, de patatín de patatán, y de anédoctas que nos han sucedido durante las 8 etapas que llevamos.
Justamente la última que comentamos fue la que desató el cachondeo padre.

Bueno digo yo que sería la última porque ya no dejamos de hablar de ello. Sólo podíamos reirnos. Seguramente que contándolo no tendrá tanta gracia, pero os uedo asegurar que casi me hago pipí encima.

Alberto es el bicigrino que está buscando Popeye!!, jajajaja.

Resumen de la conversación:

Yo: Pues cuando ya me iba del albergue de Sahagún, me topé con un bicigrino algo especial, iba todo de negro….
Él: Con un cigarro pa’bajo?
Yo: Sí, sí….
Él: Con una tripa que podía usarla de posavasos?
Yo: Sííííííí
Él: Uno que llevaba una tienda de campaña de 3 kilos??
Yo: Sííííí´, y comida por un tubo… latas de atún, sardinas… nescafé…
Él: Nescafé?
(los dos a la vez) JUAAAJUAAAAAJUAAAAA!!!!!!!
Yo (casi sin fuerzas): Sí para cuando no tuviera más liquidez…al hornillo-camping gaz…y café que te crió!.
Él: No fastidies que tú también lo viste!. Pues sí, pedaleé un rato con él, estuvimos tomando un café y pagué yo porque lo vi que iba un poco tieso.
Yo: Entonces…. Tú!!..... tú…..!!
(Comienzan a caernos los lagrimones… pero de risa)!!!
Yo: Tú eres el que se iba a parar en Astorga!!!!. Juuauajuaaaa
Él: El de Astorga???.
Yo: Sí el que iba a finalizar la etapa en Astorga. El que no apareció en el siguiente pueblo cuando él se adelantó para echarse un pitillo y quedó contigo.
Él: No jodas que te dijo eso! Es que en cuanto pude me escaqueé
Yo: Pues sí, a la salida de León, por Virgen del Camino, me lo encontré y dijo que iba a tirar hasta Astorga a ver si “te pillaba”, que te iba a decir dos cosas.
Ozú xiquillo que caló mestabantrando. Qué risas!!.
Los que estaban en el bar nos miraban entre asombrados y envidiosos de lo bien que nos lo estábamos pasando.
8ª etapa (Ponferrada-Sarria 104,52 kmts.)

Esta noche ha sido para enmarcar en el libro Guinnes de los récords. La habitación tenía dos literas de dos camas. Me acosté tempranito para intentar descansar lo máximo posible ya que la noche de ayer no fue muy buena que digamos, el sitio está muy bien para dormir, y al ver que sólo iba a tener un compañero pensé que tendría mejor suerte. Iluuusooo!, la que me esperaba era chiquitica. El "vecino de arriba", no ha parado de roncar en toda la noche. Hacía más ruido que un tractor er tío!!. Le daba igual, roncaba tanto cogiendo como soltando el aire. Para colmo, a primera hora de la mañana me dice que ha dormido de maravilla y que no se ha enterado si alguien ha roncado. Mecagüen!!!.
Anoche, a última hora llegaron al albergue dos peregrinos y los instalaron en la misma habitación que a un servidor. Estos dos "inquilinos"... ay madre!!. Se metieron en la cama y parecía que se había metido allí toda la orquesta sinfónica de Viena. Cómo "cantaban"; yo a eso lo llamo popurrí!. Era como un cóctel con ingredientes: sobaquillo al pilpil, aliento denominación de origen del Bierzo, pinrreles a las finas hierbas. Vamos... por si no había cenado me hubiera alimentado de lo lindo, sabes?. De la noche, ya no recuerdo nada más hasta que recuperé el conocimiento con los ronquidos del amigo. Aunque no sé que era peor, los ronquidos o el cloroformo de los "hermanos pestín". La guinda del pastel fue cuando cerraron la puerta porque decían que tenían frío!. Joooodeeeerrrrr!!. Parecía un guardia civil de la mala leche que me estaba entrando.
Menos mal que ya ha amanecido. Me dispongo a recoger todo el material, pero es que es literalmente imposible aguantar allí dentro. Os lo prometo. Parecía Londres de la tiniebla que se había levantado dentro de la habitación. He tenido que salir a la sala común de descanso para coger aire y terminar de preparar el equipaje. Me estaba poniendo morao de tanto aguantar la respiración.
Salgo del albergue dirección castillo de los templarios para salir de Ponferrada, que por cierto hasta que sales de la ciudad, casi casi ya has hecho media etapa. Me paro a desayunar y coger fuerzas para la dura etapa que me espera. Al salir del bar, me encuentro al bicigrino con el que hablé ayer en el albergue, pero sólo nos saludamos y nos deseamos buena etapa.
A la altura de Cacabelos, vuelvo a coincidir con el mismo bicigrino con el finalmente he hice una buena amistad. Llevamos más o menos el mismo ritmo, y nos vamos "identificando" poco a poco. Resulta que casi fuimos vecinos cuando yo vivía en Barcelona. Esa conversación me ayuda bastante a no darme ni cuenta de que ya he hecho unos 35 kilómetros. Me llama Lydia y estamos bastante rato hablando, por lo que le comento a Alberto que para no "estorbarle" la etapa si quiere ir tirando, continúe y ya nos veremos.
Después de cómo 15 minutos hablando, y explicando el periplo nocturno que he tenido, reinicio la marcha en dirección al que yo creía que era el último "coco" del camino: O' Cebreiro.
Ya he llegado a Ruitelán!, pero si va a resultar que estoy hecho un máquina. Este pensamiento se me fue al traste después de pasarme el desvío de "Las Herrerías" por gilip...llas!. Yo que he visto esa bajada tan pronunciada hacia La Faba, sigo el camino con mi vista de súper lince ibérico bizco y digo... Vahh.!, si luego subirá!, que le den... tiro por la carretera y ya coincidiré con la salida del camino más adelante y me reincorporo. 8 kilómetros después todavía no he visto ningún desvío para meterme en el camino. La carretera desierta de circulación porque todos van por la autovía que se ve allí arribísima. En la única casa que creo había habitada en todo ese tramo, hay una señora a la que le pregunto si sabe cuánto puede quedar hasta O' Cebreiro, y me dice con ese acento ya gallego: "Doooce!." Eing!!???. No puede ser esta señora ha calculado mal. Si según las guías desde Las Herrerías hay 8 ó 9 kilómetros, como van a faltar doce por aquí y después de lo que llevo ya!. Bueno pues... dos kilómetros más allá, veo a un señor que va paseando, al que acompañaré un rato andando y charlando. No me atrevo a preguntarle cuánto queda, pero no me puedo resistir. Me dice:
"Mira ves ese pirulí de allí arriba?, pues por detrás está O' Cebreiro. Mira, tienes desde aquí, que los tengo cuntados, cuatru hasta Piedrafiiita, y justo donde pone u mojón do kilómetro 0, hay outros catro hasta O' Cebreiro".
Me rindo!, ya no pregunto más. Justo en un mirador que hay a la salida de Pedrafita, me paro a comer y a recapacitar sobre si tiro la bicicleta por el barranco o me tiro yo. El bocadillo de chorizo con queso que me he preparado, me ha hecho entrar en razón y decido no tirar nada por el precipicio. Reanudo la marcha y alcanzo a una pareja de bicigrinos que están más acabado que las maracas de Machín. Les intento dar unos cuántos ánimos y así aprovecho y me animo a mí mismo, pero la señora me mira con cara de pocos amigos por lo que creo que no le hace mucha gracia mi compañía. Justo en el alto de O' Cebreiro mientras me estoy haciendo una foto con la señal que indica el puerto, se acerca un bus con unos turigrinos andaluces. En la iglesia donde hay tres sellos para elegir hay caravana para poner el sello. Están todos los abuelos poniéndose sellos a porrillos. Les digo: "Anda que no habéis subido bien ahí en el bus, ehhhh, Todos sentaditos.." Y uno me contesta: "Y tú xabá, que paza que no ha zubio zentao?". Joder, pues tiene razón, jajaja. La bajada la inicio por el camino, pero como hoy es mi día lerdo, enseguida me doy cuenta de que la carretera y el camino van prácticamente paralelos y el camino es tipo tobogán. En el alto de San Roque, que yo creía que era ya el de Poio, me paro para hacer unas foticos con la estatua y allí coincidiré con cuatro chicos salmantinos, y dos parejas de Galicia. Iniciamos la bajada cada uno a su ritmo pero todos por carretera. Al poco de comenzar una bajadita, suena el teléfono y me paro para hablar con Lydia, pero esta vez poco rato porque todavía no he llegado al Alto do Poio. El suficiente para que dos de los salmantinos casi echen los higadillos. Se han pasao comiendo y ahora van con el ancla echada. En el alto, reagrupación y ya nos comentamos que seguramente pararemos todos en Samos. La bajada supermegraestravertiginosadivertidaacojonanteguaydelparaguay hasta Samos la hago en un plis, llegando sobre las 17:00. Aún es temprano pero como quiero ver el monasterio decido quedarme para verlo mañana. El albergue del Monasterio es muy acogedor, tanto que el hospitalero me dice que acostumbra a dar un fuerte abrazo a todo el que se hospeda allí. Joder, con el abrazo; era más fuerte que el aliento de Drácula. Descargo todo el material y me dispongo a prepararme para la ducha, pero algo me pasa, que no es normal. Los bronquios se me empiezan a cerrar y me falta la respiración. Me salgo afuera un poco y veo pasar a los salmantinos y la pareja gallega. Ellos finalmente continúan la ruta. Vuelvo a entrar al albergue y me ocurre lo mismo. Al coger una manta para pasar la noche me doy cuenta de lo que me ocurre. La manta está húmeda. Esa era la explicación: la humedad que hay allí dentro es demasiado fuerte para mi bronquitis asmática. Se lo comento al hospitalero y a la chica de la oficina de turismo que hay justo en el monasterio y me dicen que hasta Sarria no hay nada más. Unos 12 kilómetros. Así que lamentándolo a las 18:15 recojo los bártulos y me pongo en marcha hacia Sarria. Llegada al albergue Los Blasones donde me encuentro con Alberto, el bicigrino del principio de la etapa.
Hemos decidido ir juntos a cenar, y entre tanta conversación casi nos partimos de risa. Dos tíos que no se conocían de nada, como podía ser que se rieran tanto, sin haber bebido nada de alcohol?!!. La respuesta está en....la siguiente entrada que ésta se está alargando demasiado. Ala pues!.

lunes, 26 de abril de 2010

Séptima etapa: Hospital de Órbigo – Ponferrada ( kmts.)

He pasado una noche de perros. Con lo pequeños que son lo japoneses y lo que roncan. La hostia!.
La cama donde he dormido estaba tan pegada a la otra que casi parecía una cama de matrimonio con colchones individuales. El de la litera de arriba se mueve más que la compresa de una coja y con los crujidos de la litera creo que se me va a caer encima en cualquier momento.
A las 5:15 de la mañana comienzan a movilizarse los japoneses, y si no estoy atento casi se me llevan las alforjas. Estos tíos o se habían fumado algo o no saben lo que llevan porque uno de ellos dudaba si eran suyas o mías. Hay que joderse!!.
Los demás peregrinos comienzan a recoger velas para iniciar la etapa.
A esas horas (6:30 más o menos), no hay quien pegue ojo y yo soy una de esas personas que cuando se despiertan no pueden estar mucho rato en la cama. He dado más vueltas que un tiovivo hasta que he decidido levantarme y aprovechar el tirón de los otros “vecinos”.
Según la planificación que tenía para hoy, debía parar en Rabanal del Camino, pero como ayer adelanté bastante, y tengo la subida a la Cruz de Ferro, me lo voy a tomar con tranquilidad.
Desayuno como los Reyes en el mismo albergue. Menuda nos ha preparado el hospitalero (creo que se llama José Manuel).
Al salir coincido con “los papis ciclistas que conocí ayer”, pero me dicen que hoy van a ir hasta… Astorga!!??. (peazo etapa!)
La ruta nos da dos opciones a la salida de Hospital de Órbigo. Si continúas recto vas a ir paralelo a la carretera, y si giras a la derecha te adentras en el camino pasando por Villares de Órbigo, Santibáñez de Vadeiglesias, San Justo de la Vega, y desde ahí por senda paralela a la carretera hasta Astorga.
Decido coger la variante del camino, además de porque no tiene comparación un trayecto con el otro, porque quiero pasar por Santibáñez (el pueblo de unos buenos amigos que tenemos).
El camino es… un camino propiamente dicho. Vamos que el paso de los tractores, remolques y demás deja esos surcos tan simpáticos para nosotros, verdad?.
Más de una vez tengo que meterme en los campos particulares porque el camino tiene algunos tramos que están literalmente encharcados.
Saliendo de Santibáñez de Valdeiglesias tengo la primera experiencia perruna. Un can que no levantaba dos palmos del suelo me sigue con la mirada hasta que llego a su altura. Joder!, parece que le han metido una guindilla por el cerillo!. Se me puso el culo como el pitorro de un botijo, viéndolo ladrar tan cerquita de mi shimano mt41!. Creo que no subiré una pendiente tan rápido como ésta y con tantas piedras. Jopetas con el chuchito!!. Y no se cansaba el “joio!!.
Arriba me encuentro con los japos en una especie de altar bajo un olivo flanqueado por un espantapájaros bastante simpático.
Continúo la subida y el cambio se me va a freir morcillas. El plato pequeño no entra ni con vaselina; creo que me lo que cargado del todo. No pasa nada subo con el mediano que para eso tengo un amigo que vive en “Bilbao, joder!”.
Llego a un descanso antes de comenzar a bajar hasta San Justo de la Vega y me paro a hablar con un “hospitalero” que vendía barritas, bebidas energéticas, comida etc.
Me dice que es de aquí de allí, de todos los sitios. Es de Barcelona y jugó al fútbol en el Vilassar de Dalt. Hostias!!, pero si yo jugaba en un equipo de liga de empresas, en ese campo!. Y qué buenos estaban los superbocatas de tortillas que nos comíamos después de los partidos.. con sus cervecitas y demás!!.
Tiene un sello y sin fijarme, me lo emplasto en la credencial. Mecagoen!, ya me ha fastidiado la credencial!. Tampón rojo… sello: un corazón!!.
Continúo la etapa y la bajada hasta San Justo es bastante rapidita. Lástima que haya tanta piedra suelta.
Allí me encuentro con los “papás bicigrinos”, y les digo: “Ehhh!!, eso no vale, habéis hecho trampas. Cuando llegue se lo diré al apóstol!!!, jajajaja (Habían tirado por el recorrido paralelo a la carretera).
El tramo de la subida por el paso elevado y posteriormente al centro de Astorga es un suplicio porque voy sin cambio. Y me surge una duda: ¿por qué harán todos los pueblos en lo alto de las montañas!?.
Voy a la oficina de turismo enfrente del Palacio de Gaudí, a preguntar por una tienda de bicicletas para intentar cambiar o “apañar” el desviador del cambio. Me recomiendan que vaya a una tienda (por cierto: me quito el sombrero con el tendero. Todo un especialista), donde me dice que se hace cruces sólo de ver el desviador delantero y la sirga del cambio trasero. “Pero chico!, que tapasao?!. te admiro porque si llevas varios días con el problema has debido de tirar de riñones más de una vez!” . La sirga estaba hecha una S; el desviador delantero estaba completamente torcido, pero me comenta que debido a la urgencia, va a ajustarlo lo mejor posible para que llegue sin “dolores” a Santiago. Ahora va como la seda, comparándolo con la riñonada que me he pegado esta mañana.
Como voy bien de tiempo, hago una visita turística por Astorga, y hago la compra para comer, pero todavía es pronto.
La cota del camino va subiendo lentamente. Es una contínua subida hasta la Cruz de Ferro. El tramo hasta Rabanal del Camino lo paso relativamente fácil, pero… leches!, Rabanal está en una cuestecita que se las trae!!. Igual es que voy flojeando y tengo más hambre que el perro de un ciego.
A la salida del pueblo hay un lavadero con una fuente con agua potable y un par de bancos. Allí, a la sombrita del lavadero, me paro a comer.
Después de reponer fuerzas me preparo para afrontar la subida a la Cruz de Ferro. Total, sólo son las 14:45 y estoy a unos 10 kmts de la cima!.
El calor aprieta como nunca, no hay ni una sombra para pararse, el agua que había repuesto en Rabanal me hubiera servido para aliviar alguna que otra hemorroide, de lo caliente que se puso. El terreno está… camufladamente embarrado, vamos que a simple vista está como un tapiz, pero cuando lo pisas te hundes como un palmo.
Para colmo, no sé qué explicación tendrá pero al final de una pendiente bastante
pronunciada hay un columpio!. No sé si es para descansar o para sentarse a ver
a los pringaigrinos que van subiendo por ahí. Tiene guasa el que haya puesto el balancín ahí!.
Cruzo la carretera y continúo por el camino, que tenía más pizarra que el colegio de mi hija. Es casi imposible ciclar entre tanta piedra, barro, agua que cae de las
montañas.
Pero como todas las cosas que tienen su sacrificio, llega la recompensa. Y menuda recompensa!, sin darme cuenta a medida que me voy acercando y comienzo a ver a puntita de la CRUZ DE FERRO. Llegar hasta aquí me hace sentir como que he terminado una parte de mi camino. Lloro, lloro y lloro desconsoladamente. Estaba sólo, completamente sólo frente a ella. Por momentos alucinaba: Veía a los pies de la cruz, muchos de los motivos que me movieron a emprender este viaje. Todavía con hipo, llamo a Lydia para buscar ánimo, apoyo, cariño en ese momento tan agridulce. No me lo dice pero la noto igual de emocionada. Justo en la base de la cruz, deposito las piedras que he llevado con tanto cariño, no sin anter dar un beso a cada una de ellas.
Comienzan a llegar algunos bicigrinos. Un total de 9 conté. Unos se paran, y otros ni miran esta maravilla a la par que sencilla cruz.
No me quiero despedir de este sitio sin hablar con una compigrina; María (giraldilla para los foreros de bicigrino.com). Es la tía de Martica, EL ÁNGEL de todos los bicigrinos en el Camino.
Pero no consigo hablar con ella. Mala pata!, con lo que me hubiera gustado
hablar con ella desde aquí!.
La bajada es espectacular. Tanto casi ni me doy cuenta de que paso por Manjarín. IIIHHHHHHH!!!!, (frenazo!!). Meeedia vueltaaa!!. Hablo con el hospitalero, porque Tomás, el último Templario no está. Charlo bastante rato con él y al preguntarle por el perrico que un descerebrado quería matar, se queda superextrañado. “Y cómo sabes eso?” Le comento que el otro Tomás (nuestro jefe bicigrino), nos lo había comentado en el foro bicigrino. Me dice que le acompañe para ver al “perrito”. La puta de oros!!, pedazo de perro!!, pero si no cabe en la casa que tiene!!. Y sólo tiene 9 meses!.
Me enseña su casa por dentro, donde me vuelvo a emocionar al ver una figura con la imagen de la Virgen del Pilar.
Vamos a la cuadra que tiene justo al lado y vemos a la camada de perritos que hace 20 días han nacido. Ya tiene varios “colocados” y pronto vendrán a recogerlos.
Me despido de él y me dice que tenga cuidadín con la bajada que es muy rápida pero también es muy peligrosa, pero antes tengo que subir una nueva pendiente bastante durilla.
Menuda bajada!. Llego a El Acebo en menos que canta un gallo!, y porque pasas por en medio del pueblo sino.. igual ni lo veo!!.
Bajada supervertiginosa hasta Molinaseca. Qué huevos tienen los ciclistas que veo en la tele bajando algunos puertos a 80-90 kilómetros con esas curvas tipo herradura!!.
Bueno… sólo me quedan 9 kilómetros para Ponferrada, así que voy a tirar hasta allí.
En Ponferrada sólo hay un albergue. Es muy grande, pero está muy bien
acondicionado.
Allí me encuentro con una persona… un bicigrino con el que haré bastante amistad y que mañana, me resultará bastante digamos... “familiar” con sus relatos del camino. (Y a vosotros también, jjijiji).
Me dice:
- Ayer a mediodía te vi en León, puede ser?.
- Sí, es posible. A esas horas andaba por la Catedral.
Descargo la bicicleta y me instalo en mi “alcoba”.
En la habitación me encuentro con un chico que hace el camino desde Astorga, pero que según él, esto del camino de Santiago no era lo que él pensaba. Hay que andar mucho, dice!, jajajaja. A la gente se le va la pinza de una manera….
Fin de la etapa.

lunes, 19 de abril de 2010

6ª etapa:
Sahagún-Hospital de Órbigo (91,01 kmts.):

El objetivo de esta etapa era salir de Calzadilla de la Cueza y parar en León, para visitar a unos familiares y dormir en su casa. Como ayer había adelantado veintitantos kilómetros, hoy aprovecharé para revisar la bicicleta que me está comenzado a dar algún que otro problema con el cambio.
Del plato mediano al grande sube con dificultad pero para bajar de plato me veo y me las deseo, quedándome clavado en algún que otro repecho. Los piñones corren la misma suerte. No van muy finos que digamos.
Pues de lo que tenía pensado sólo hago la mitad de las cosas.
Me llevan a comer a un restaurante que casi me echan por gulafra!. Me hubiera comido hasta los manteles. Joder que hambre tenía.
Me dicen que van a pedir unas cuantas tapas de la tierra para que las pruebe. Por cierto en León las raciones que ponen, se caen por los lados del plato. Qué exageración!.
Morcilla de León con patatas fritas, pulpo con cachelos, anchoas con cebolla y pimiento rojo…SSSCCCHHHHH!!!!, para chuparse hasta los dedos de los pies!.
Come, come que necesitas recuperar y coger fuerzas hijo mío!! . Cómo me he puesto. Casi reviento de tanta tapita!.
De segundo me pido un plato de higados, y menuda montonera de carne había allí. No ha quedado ni un granico. Estoy como para echarme una siesta.
Son las 4 de la tarde y la verdad es que viendo a mi anfitriona que no se encontraba bien, físicamente, decido continuar la marcha y así no molestarles con el engorro de sábanas, toallas, preparar cama, levantarse pronto al día siguiente, etc…
Aquí quiero hacer un incienso, y ya veréis como tiene relación.
Volvemos a las 8 de la mañana, albergue Viatorios (Sahagún). Me preparo las alforjas y me voy al aparcamiento para acondicionar la bicicleta. Mientras estoy engrasando se me acerca un tipo, bastante… como diría yo… ¿peculiar?.
Llevaba un cigarrillo tipo pipa de Popeye (mirando pa’rriba). Camiseta decartón color negro y culotte largo de color negro.
¿Qué tal socio?. Y comenzamos una conversación que al cabo de las horas y ya veréis como de los días resulta, bastante cómica. Hablamos de todo un poco y sale el tema de los pesos que llevamos cada uno.
Me dice que él lleva 17 ó 18 kilos. Yo no sé donde meterme. Al preguntarle qué es lo que lleva para semejante peso, me dice que ropa casi no lleva nada; lo que lleva puesto y una muda.
Sólo con la tienda de campaña ya son 3 kilos. ¿Tienda de campaña?, pero si los albergues cuestan dos duros…Su respuesta es que la lleva por si se queda sin dinero en algún sitio tendrá que dormir.
Y la diferencia?....
Dice que ha hecho la compra para toda la semana. Vamos como si hubiera ido a comprar para rellenar la despensa.
Pero… no puedes ir comprando e ir gastando para no tener que llevar tanto peso..?. La respuesta es que no porque estos días de Semana Santa están todos los sitios cerrados. Bueno… si tú lo dices…
Me comenta que lleva latas de todo tipo, atún, sardinas, aceitunas, incluso llevaba un bote de nescafé!.
Vamos todo eso añadido al hornillo y la bombona tamaño camping-gaz. Todo un personaje.
Hablando me comenta que va solo y que este año va a hacerlo por carretera. El año anterior lo hizo todo por camino y ahora quiere saber cómo es por el otro sitio.
En el día de ayer, coincidió con otro ciclista con el que compartió varios kilómetros. En uno de los momentos le comentó que se adelantaba para parar a tomar una cervecita y un cigarrillo en un bar del primer pueblo que se encontraran y que le esperaba allí, pero el otro ciclista no apareció.
Ya lo cogeré ya!, porque me dijo que se iba a parar en Astorga, así que ya lo pillaré a ese!!.
Entre tanto, en el aparcamiento coincidimos con unos chicos que comenzaban ese día.
Nos comenta que podríamos ir todos juntos y yo le digo que vayan tirando porque quería dar una vuelta por Sahagún y hacer algunas fotos. Arrancan los tres juntos, pero la verdad es que no sé por dónde se meterían porque yo cogí el camino y los había adelantado.
Suena el móvil, es Lydia . Me paro para atender la llamada y a los 3 ó 4 minutos veo pasar a los chicos de Irún: “Tira, tira, que viene…jajajaja!!”. Les hago un gesto tipo “OK”, y continúo hablando con mi mujer. A los 2 minutos llega el “personaje”.
"Joder con estos de Irún!, iban todo el rato 23-24, 23-24, 23-24, y con el plato grande…anda ya y que les den por c----!!!!!!. Te espero o qué?.
"Ve tirando que termino de hablar por teléfono y enseguida te pillo". No era por no ir con él, sino porque prefería seguir hablando con mi mujer tranquilamente.
Reanudo la marcha e intento encontrar al “personaje”, pero no lo encuentro por ningún sitio. Una de dos… o se ha salido a la carretera que era lo que él decía que iba a hacer, o se ha parado en algún sitio y no lo he visto. Bueno…pues nada!.
Volvemos a las 16:00 del mismo día. Como todavía es pronto voy tirando sin tener ningún punto de final de etapa. Haré un par de horas más y donde caiga, caeré.
Trobajo del Camino, Virgen del Camino…..no puedo entrar en el santuario porque están procesando un funeral y no es el caso.
Cruzo la carretera y entro de nuevo en el Camino para seguir la ruta.
En eso que me paro para darme un poco de crema porque con el aire y el sol se me han puesto los labios como una lija del 15.
Y ahora viene lo bueno….Desde el otro lado de la carretera: ¡¡¡Socio!!!!.
Mecagoentoloquesemenea!, pero si es “Popeye”. Le digo Dónde vas por ahí?, que es una autovía!!.
Que más da!, yo tiro por aquí y si quieren que me paren!. Hasta dónde vas?.
Ummmmm!!!, hasta Villadangos del Páramo seguramente (era el siguiente pueblo y no se me ocurría nada más), y tú!?
Yo voy a tirar más a ver si pillo al de Astorga!.
Ala pues!, ten cuidado que por ahí está prohibido!.
Pues tú tienes un montón de toboganes por el camino!!. Nos vemos!.
Sería la última vez que lo viera, pero no la última vez que tuviera noticias de él.
El tramo se me hace bastante monótono porque discurre paralelo a la Nacional y no me hace mucha gracia el trajín de tanta circulación.
El final de etapa en Hospital de Órbigo. Albergue 100% recomendable como todos los que he estado. Trato perfecto, instalaciones niqueladas, situación inmejorable. Allí conoceré a una pareja de cómo digo yo, “como mis padres” de Zaragoza muy familiares y que iban a pie, y una pareja de León también como “mis padres”, que hacían el recorrido en bicicleta, además de una chica que hablaba cuatro idiomas y se entendía con todos, un hombre que dijo que trabajaba en el gabinete de asesores de Obama, y un pintor como la copa de un pino. Pintó la catedral de León en 45 minutos. Impresionante!

Bueno... seguiremos informando

martes, 13 de abril de 2010

5ª etapa: Hontanas-Sahagún - 97,47 kilómetros.

Etapa bastante monótona He salido con las fuerzas renovadas y ya no me acuerdo de lo mal que lo pasé ayer.
Comienzo por el camino, bastante estrecho por cierto, con por lo menos la intención de llegar a Calzadilla de la Cueza. Hace demasiado calor para lo que cayó ayer y me da en la nariz que en cualquier momento este buen tiempo se va a fastidiar.
Casi sin darme cuenta llego al Convento de San Antón, ese que tantas y tantas veces había visto en fotos y ese con el que deseaba encontrarme por lo maravilloso que me resultaba ver la carretera pasando por debajo de ese arco para mí tan impresionante.
Llego a Castrojeriz y la guía me dice que si tengo fuerzas suba al Castillo, pero lo veo tan alto que ni me lo pienso. Lo veo desde abajo que también me parece bonito.jajajaja
Sigo mi camino, cruzo la carretera que va a Palencia, y por un puente de madera cruzo el río.
Por el perfil que yo veía en las guías el alto de Mostelares no tenía ninguna complicación. Craso error!!, Joder con la subidita!. Con razón le llaman el alto de Matajudíos. Si los tiraban desde arriba, fijo que se los cepillaban!. La hostia qué cuesta!. Se me levanta tres veces la rueda delantera a lo que decido bajarme por temor a espiñarme y hacerme pupita.
Llego al alto y me paro en la caseta de madera que hay para intentar coger un poco del aliento que había perdido en la subida. Aprovecho y le pido a una peregrina que me haga una fotico con el móvil para enviarla por mensaje a los amigos.
Un poco de llano y bajada vertiginosa hasta Frómista parándome antes en Boadilla del Camino para comer unas cuantas galletas con chocolate que llevaba.
Estamos en Semana Santa y al llegar a Carrión de los Condes no puedo sellar la credencial en la iglesia porque están con procesiones y no es cuestión de meterme entre las corbatas, zapatos de tacón, perfumes, lacas, puros etc..
Bueno pues… aprovecho para comer una ensalada y un plato de espaguetis.
Ya decía yo… de estar en manga corta paso a ponerme la ropa técnica porque se está empezando a levantar un poco de aire frío.
No me entretengo mucho y arranco rápidamente hacia Calzadilla, pero el camino es tan llano y voy tan nervioso de que no me coja la nube, que a las 16:30 horas, como dice la señora del TOMTOM “ha llegado a su destino”.
Hay tanto ambiente en ese pueblo que casi que me da yuyu quedarme en el albergue. Únicamente veo en e pueblo a dos gatos además de la máquina de refrescos que hay en la puerta del albergue, así que digo…:.
voy a mirar el pasaporte bicigrino a ver dónde está el siguiente albergue “baiklain”.”Sólo” 22’5 kilómetros hasta Sahagún… tira pa’lante!
. El trayecto lo hago bastante rápido y
a las 18 horas ya he llegado el albergue Viatoris de Sahagún. Bonito albergue, y del trato qué decir: de lo mejor entre los mejores. En la recepción del albergue tienen colgado un maillot de bicigrino, y le digo…
Eh!, ese maillot lo tengo yo!, Mira, mira!.
Al verlo la chica me dice que no son iguales y que le gusta más el modelo que yo llevo. Decido lavar la ropa porque ya voy hecho un “zorro” y parezco Bisbal con la ropa que casi canta por bulerías.
Me dice que le de la ropa que ella se encarga de todo. Joder!, qué gusto da encontrar gente tan amable. Me arreglo y me voy a dar una vuelta por el pueblo ; creo que en algún momento he perdido o me han quitado dinero porque llevo 4 días y solo me quedan 10 de los 150 euros que tenía al salir de casa, así que tengo que buscar un cajero automático para “atracarlo”; así aprovecho para cenar viendo el Racing-R.Madrid.
El albergue está muy bien, aunque echaba en falta alguna que otra toma de enchufe por las paredes.
Ala! A dormir que ya es hora.