miércoles, 31 de marzo de 2010

Último día antes del comienzo. Aunque hoy se podría considerar ya parte de mi bicigrinaje, puesto que salgo a mediodía con destino Pamplona.
Anoche estuve con mi mujer y mi hija ultimando todos los preparativos del viaje; repasamos todas las cosas para averiguar si faltaba algo. Creemos que ya está todo arreglado.
Quiero irme a la cama pronto para intentar descansar, pero no es posible. Lucía (mi hija) barrunta que papá se marcha y no se quiere subir a su habitación y meterse en la cama.
Sobre las 23:30 me da los típicos 1.500 besos, abrazos y tironcitos del “papico”.
“Papá cómete todo lo que te pongan, eh! Mira… vas a un bar y preguntas qué tienen para comer, que no te gusta, te vas a otro, vale?”
.
Si es que es un cielo de niña (a que le pongo la silla detrás de las alforjas y me la llevo…!).

La noche la he pasado como si tuviera pinchos en la cama. No había manera de coger la posición. Cuando más o menos ya lo tenía dominao… suena el despertador. Bueno no pasa nada, total para estar sin dormir, me voy a trabajar y por lo menos estoy más distraído.
Salimos con el coche creía que ya cargado ya que al salir del trabajo me voy directamente hacia la estación de autobuses;
Primer percance… salimos del pueblo, y justo cuando vamos a coger la autovía, Lydia me dice… “has cogido todo?, y las alforjas?... Me cagontoloquesemenea!. Media vuelta echando virutas pa’casa. Me las había dejado en el garaje.

Joder!, si son las 14:00!!!. Creía que se me iba a hacer larguísimo, pero éte tú!, que ya ha pasado la mañana y nimenterao!.

Bueno… voy a empezar a recoger, que se me escapa el bus!.
Nos leemos.
Salu2 para todos.

jueves, 25 de marzo de 2010

Seis días quedan para salir hacia Pamplona. A medida que pasan los días estoy más nervioso. Llevo como 5 noches sin poder dormir de tirón. Con lo bien que duermo yo siempre, madre mía!. El caso es que no sólo es eso, sino que hasta el punto que me salieron una especie de sarpullidos por las piernas, que pican una jartá!, pero que mi mujer atajó rápidamente con una crema de aceite de oliva. Sinceramente…, estoy hecho un flan y no me importa decirlo. Muchos de los que ya han realizado el Camino de Santiago, dirán que no es para tanto, pero estoy seguro que la mayoría de ellos cada vez que salen “sufren” igual que yo. ¡¡Voy a ser uno de esos ciclistas subiendo a duras penas por las pistas que yo veía por Galicia!!.

Me asaltan un montón de sensaciones: ilusión y ganas de marcharme ya!; pena por irme ya!; alegría por que por fin voy a comenzar a cumplir “mi promesa”; emoción y expectación por lo que me voy a encontrar. Le tengo unas ganas al Perdón, Manjarín, La Cruz de Ferro, O’Cebreiro… que no os lo podéis imaginar!!. (seguro que cuando llegue a la falda de cada uno de ellos y vea las cuestas, me hago caquitas).

Algun@s compañer@s del trabajo (sobre todo una), me dicen que últimamente me ven más serio (vamos entre triste y acojonao!). Y yo digo que serio no estoy, lo que pasa es que entre que casi no duermo y los cariñicos que empiezo a tener de pensar que voy a estar 10 días separado de mi mujer y mi hija, me hacen estar un poquitín apagado. Y es que va a ser la primera vez que me separo de ellas tanto tiempo.

Anoche Lucía me dijo: “Papá, pero cuándo te vas?”.
El miércoles, cariño.
“Jo!”. Y no dijo nada más, pero se le pusieron los ojicos… Puff!; Se me partió el corazón.
Pero, cariño si todavía falta mucho!: Jueves, viernes, sábado..
“Vale!, el sábado nos vamos al parque con la bici y así me enseñas ya del todo a ir con dos ruedas, eh papi?!.(Este va a ser el “mayor peso” que voy a llevar en el Camino. Si es que sólo tiene 5 añicos (pasión de padre)).

Los preparativos van viento en popa. Creo que no me falta ya nada. Ya está todo preparado en una habitación esperando a ser introducido en las alforjas. El síndrome del “por si…”, intenta confudirme pero recuerdo los consejos que me dio mi amigo Zerpoty en la salida que hicimos a la ermita de Sant Ramón, y seré fuerte; no me dejaré “convencer”; seguramente algunas cosas las dejaré en casa. . Y lo que me va a costar!, porque yo era de los “pocos” que dicen que se van 15 días de vacaciones y se llevan 15 camisetas.

Ayer estuve con mi suegro haciendo un apaño para el portabultos y así evitar que las alforjas se me vayan hacia delante impidiéndome dar bien las pedaladas. El caso es que con dos varillas de acero hemos hecho una especie de “L”… (ó “J” según la perspectiva), retrasando así la posición del enganche de las alforjas.

Hoy llevaré la bicicleta al taller para que le hagan una revisión a fondo, y de paso recogeré la caja donde irá embalada camino de Pamplona. Ya no voy a coger la bicicleta hasta que me vaya. Prefiero aprovechar y estar con mi mujer y mi hija todo el tiempo que pueda.

Un abrazo para todos y muchas gracias por vuestras palabras de apoyo.

Pero... no se vayan todavía; aún hay más!.

jueves, 11 de marzo de 2010

05/03/2010

Únicamente ha sido una etapa, pero menuda etapa.

En principio, al salir del albergue, el hospitalero no es que nos aconsejara, sino que casi nos prohibió que fuéramos por el camino principal; motivo: había zonas de bosque que están muy abrigadas y a la sombra que tenían mucho riesgo y peligro de pasar por allí. Nos comentó que el sábado pasado la ciclogénesis explosiva había causado muchos problemas, como más de dos metros de nieve en algunos tramos, árboles caídos, ramas, etc. Vamos que era peligroso ir por esa zona. Alternativa: camino por Arnéguy y Valcarlos.


Comienzo a pedalear y llega el primer problema. Las zapatillas se me enganchan en las alforjas. Con los nervios y las prisas no las había enganchado al portabultos e iban saltando.
Una vez solucionado el problemilla me despisto y tiro hacia donde me habían prohibido. El caso es que me sonaba haber leído que había una rampa de tres pares de narices para salir del pueblo. Así que al terminar la rampa, paré a un vecino que iba en un coche y nada más bajar la ventanilla sin tener tiempo de preguntarle nada me dijo: “Güí! Compostelle, guí!” o algo así. Decidí dar la vuelta porque olía a “chamusquina”. Volví a preguntar en el pueblo y me indicaron cómo debía salir. Por la carretera y a un kilómetro más o menos a mano derecha había un puente que comunicaba con el camino alternativo.

Después de hacer varios kilómetros y antes de llegar a Arnéguy, tuve que retroceder porque en uno de los cruces, no había señalización y me guié por el camino más ancho que subía, subía y subía.... Tenía que haber cogido el camino estrecho.

Llego a Arnéguy (frontera de Francia con España), pregunto como está la cosa y me comentan que mejor siga por la carretera, y me meta en el camino un poco más adelante.

Continúo por la carretera, y en una de las entradas al camino, me encuentro a dos chicos japoneses y una chica alemana descansando. Ni ellos hablaban español, ni yo japonés ni alemán, la alemana solo en alemán... les pregunto por el método digital y los japoneses me dicen sonriendo y con la cabeza algo así como: sí, sí tira por aquí!!. Les hago caso y tiro para abajo y primera sorpresa. Con razón se reían los japoneses; la madre que me parió qué cuestas!. Era como subir unas escaleras pero sin escalones!!. La niebla se va haciendo cada vez más espesa, el frío comienza a apretar y se levanta una ligera brisilla, que hacen que se me pongan las tetas como percheros.


Cruzo el río que iba remontando y después de subir a duras penas unos escalones para peatones la mar de resbaladizos con hojas, ramas, musgo, etc..., llego a la carretera donde me indica el kilómetro 69 a Pamplona!!. La p… de oros!!.
Continúo por la carretera medio exhausto por el esfuerzo hecho por el barrizal, y sorprendentemente sin saber de dónde salió, apareció lo que entendí que era mi primer “ángel del camino”: un perro raza pastor belga de pelo rubio-castaño claro se me presenta delante con las orejas tiesas. Con las pocas fuerzas que tenía y viendo que se me acercaba, se me puso el culo como el pitorro de un botijo. Me bajé de la bicicleta y el perro se fue por el arcén contrario pero en la misma dirección que yo pero sin perderme de vista. En una de las curvas en forma de herradura el perro se me acerca, me paro, se da la vuelta cruzando la carretera y mirándome avanza hacia la entrada del camino justo donde había una fuente con una concha., como diciéndome: “Chacho, tira por aquí que te vas a pegar un panzón de carretera…” Decido ir hacia él, sigue subiendo y de vez en cuando se gira y se para como esperándome. Me subió hasta el alto de Ibañeta con una niebla que no se veía a diez metros. Parecía una carretera de montaña. No sabía hacia donde tirar: derecha… izquierda…

Oigo las voces de unos señores que se van acercando, y me espero para preguntarles por Roncesvalles, pero de repente se eschuca como se cierra la puerta de un coche. Coñe!!, corre hacia las voces que se piran!!!. Las voces estaban justo allí, a tan solo 15 metros de mi. Era el aparcamiento que hay junto a la Capilla de San Salvador y una montañita con un montón de cruces. Les pregunto y me dicen: “Mal día hoy, eh??. Estás a 1,5 -2 kilómetros de Roncesvalles, pero ten muchísimo cuidado porque no se ve un pimiento, y a ver si se te van a llevar por delante”.


Fue llegar a Roncesvalles y la niebla desapareció como por arte de magia.
Paro a comer y aprovecho para llamar a AKM (le debía la llamada desde hacía varios días) que me dio las fuerzas que necesitaba para afrontar el resto de la jornada que se me antojaba durísima.

Mientras estaba comiendo en creo que se llamaba "La posada", entró una pareja de peregrinos que venían por el mismo sitio que yo. Nos ponemos a charlar y el chico me comenta, que el año pasado había hecho el tramo por la vía principal y no tenía nada que ver. Esta vía alternativa, según él, es mucho más dura. Yo no puedo opinar sobre este tema, pero por Arnegui-Valcarlos-Ibañeta para los bicigrinos es duro de coj...s!. Hay dos tramos de escaleras que son matadoras.

En el restaurante de nuevo me comentan que para ir en bicicleta, mejor que vaya por la carretera ya que la puñetera ciclogénesis explosiva derribó muchos árboles y todavía quedaban por el trazado. Si fuera andando los obstáculos se podían sortear medio bien, pero en bicicleta....

Llamo a Zerpoty, conversamos un ratico, le comento como está el tema y me dice, "justo detrás de la señal que indica Santiago de Compostela 790 kmts. hay una entrada al camino, yo creo que hasta Mezquiriz podrás ir por ahí; luego según lo veas, tira por la carretera".
Le hice caso, pero mecachisenlapenanegra!, a pocos metros un peazoarboldelahostia, creo yo que colocado con mala leche, en horizontal me dice: chatico date la vuelta porque por aquí lo tienes chungui!. Como dicen en mi pueblo: mitjavolta y patrás!.

Salí de nuevo a la carretera y ya no la dejé hasta llegar a Pamplona.

En resumen: De los 66 kilómetros que marcan en las guías, terminé haciendo 82. Paliza que te crió.

Ah!, por cierto: Era mi primer día con las alforjas. Me las llevé cargadas con cosas que sabía que no iba a utilizar pensando en controlar un poco el peso para el tramo definitivo: Pamplona-Santiago. Marditoerdíaenquesemeocurreestrenarlaspuñeterasalforjasdeloshuevos".


Llegué a Pamplona "reventao", con unos calambres insoportables por las piernas. El día había sido duro, durísimo.
El trayecto de vuelta en bus a Zaragoza fue matador. No podía estirar las piernas, sólo con mover un dedo de los pies se me subían los gemelos, el cuello agarrotao de tanto empujar pa’rriba....

Pero a las 22:30, todos los males se me fueron de golpe; allí estaban esperándome mi mujer y mi hija, que desde que bajé del bus no pararon de darme achuchones, besos, ... hasta que cai agotau en la cama!!.

De todas maneras, puedo asegurar que para nada me arrepiento de haber hecho esa etapa. Aparte de lo dura que fue, es ciertamente precioso, incluso con niebla. Repetiría sin dudarlo.

Bueno, esto es todo de momento. El día 31 de marzo salgo de nuevo para Pamplona y el día 1 de abril comenzar el Camino hasta Santiago.

Un abrazo a todos y muchísimas gracias por vuestros ánimos.
Jueves 04 de marzo de 2010

Me traslado de Zaragoza a Pamplona en bus y de allí, me subo a otro autobús que nos subirá hasta Roncesvalles.

No me lo puedo creer; estoy en Roncesvalles!!!. Estoy en la puerta de la colegiata de Roncesvalles oyendo las campanadas que anuncian la misa del peregrino!!. Esa de la que tantas veces había leído, visto en fotos; y ahora estoy yo in situ!!. Llueve bastante pero me da igual. Estoy tan emocionado que ni me entero de que me estoy calando.

El Sr.hospitalero del albergue de de la colegiata de Roncesvalles nos hace pasar a todos los peregrinos. Nos pregunta quién se quedará a dormir allí, a lo que yo comento que si alguien baja a Saint Jean Pied de Port, yo me apunto. Dos chicos más (un alicantino y un chileno venido desde Málaga) comentan lo mismo, y enseguida nos ponemos de acuerdo. Desde la colegiata llaman a un taxista para que vengan a recogernos a los tres. Posteriormente nos damos cuenta de que en la otra punta del pueblo otro peregrino, que venía en el bus con nosotros, ha llamado a otro taxi para él solito. En un principio creí que me había equivocado de sitio; yo iba a hacer el Camino de Santiago, y resulta que no!, que me había metido en ¡¡“Roncesvalles Express”!!, porque se subió a su taxi más rápido que el viento. Nos adelantaron y llegaron ¡¡10 segundos antes al destino!!. Él había llegado antes, pero no ganó la etapa, porque yo tenía el amuleto de la inmunidad.

Ninguno de los tres compañeros habían reservado en ningún sitio para dormir, y los hospitaleros del refugio municipal de SJPP, dos señores mayores muy amables nos comentaron que lo tenían completo y que los demás albergues estaban "fermé". Estamos todavía en “temporada baja” del Camino de Santiago.
Mis compañeros de viaje, se quedaron "acongojados". Les dije que yo había llamado por la mañana a uno y me habían dicho que sí tenían una plaza. Les comenté que si querían se vinieran conmigo e intentaríamos meternos los cuatro como fuese. Llegamos al albergue e bualá!, había sitio para los cuatro (incluido el de “Roncesvalles Express”). En realidad éramos los únicos ocupantes del albergue. El hospitalero nos dijo que estaba cerrado porque se lo acababan de vender y lo quería arreglar antes de abrirlo. Resultado si hubiera ido solo, hubiera dormido solo.

No había estado nunca en un albergue. Supongo que al estar cerrado, la habitación tenía un olorcillo a “compañerismo” que daba gusto…, con esas duchas antiresbalones, esos baños, ¡¡esa cocina con solera!!, Incluso tenían un bote vacío de nocilla para el que no quisiera comer nada, digo yo!.

Por la noche entre el crujir de las maderas del suelo cuando uno se levantaba para ir al baño…, el ronquido continuo (cuando bajaba uno, subía el otro) de dos de los tres compañeros de habitación desde las 3 de la madrugada... los nervios a flor de piel pensando que en cuanto amaneciera el Camino era mío..!!, no pude pegar ojo.

martes, 9 de marzo de 2010

Hola a todos.

Espero que con este blog, mi primer blog, pueda transmitiros todas mis experiencias, vivencias, pensamientos, temores, sensaciones, etc. como consecuencia de la preparación y realización de mi primer Camino de Santiago, para compartir con todo el que le apetezca.

La verdad es que la idea de hacer El Camino, me venía rondando por la cabeza desde hace varios años (como 15 + ó -), cuando veraneando por tierras gallegas, veía a los peregrinos cargados con sus mochilas, ciclistas, perdón, bicigrinos con sus bicicletas cargadas de alforjas, por el arcén de las carreteras; sufriendo esas pendientes tan pronunciadas como puede ser O’Cebreiro. También los veía descansando en el parque o la piscina de Portomarín, donde yo iba regularmente con unos amigos, y siempre les decía: “Pues yo, me voy a preparar y el año que viene haré El Camino”, pero ahí se quedaba: en una mera frase/intención en el aire.

Claro está que siempre había tenido la idea de hacerlo caminando, y… lo mínimo que exigen para recibir la “Compostela”, es decir los últimos 100 kmts., aprovechando algunas de las estancias estivales por esa zona, pero siempre como motivo deportivo/cultural.

Los años han ido pasando y con ellos las ganas e intenciones de realizar la ruta xacobea, bien por falta de ese empujón de decir me lío la manta a la cabeza y me voy, bien por falta de motivación, desinterés o como queramos llamarlo. Vamos que cuando se me pasaba por la cabeza un: “… y perder días de vacaciones por chamuscarme por esos caminos de Dios en pleno verano?!; con lo bien que estarán los colegas en la playita con sus cervecitas…”, rápidamente la idea se me iba de la cabeza.

Pero fue durante el año pasado (2009), cuando me resurgió el run-run del Camino.

El año 2009 ha sido un año bastante duro, personalmente hablando. Durante el año pasado, varias situaciones en mi familia han sido las que han detonado en mi cabeza y me han llevado a decidirme a tomar la decisión. Y esta vez no es por motivos deportivos ni culturales, sino que son religiosos-espirituales. Favorcillos que pidió uno a la Virgen del Pilar y como contraprestación una promesa: “Hacer todo el Camino de Santiago en bicicleta”.

Un día hablando con mi hermano menor, me comentó: “Oye, Johnny, ¿tú no querías hacer el Camino de Santiago?; pues tengo un colega que dice que también lo quiere hacer, así que lo podemos montar y nos vamos los tres”.

No necesité que me dijera nada más. Creo que fue lo que justamente necesitaba; algo o alguien que me diera ese “empujón”.

Me puse manos a la obra. Lo comenté con Lydia (mi mujer) y conociéndome como me conoce sabía que finalmente lo haría.

Comenzamos a planificar todo. Al principio Lydia, estaba bastante reticente ante el “proyecto”. No me veía capaz de hacerlo ni física ni mentalmente. Físicamente porque, independientemente de la hernia discal que arrastro desde hace varios años que me retiró de jugar al fútbol, tenía menos fondo que la piscina de un niño chico; y mentalmente porque éramos incapaces de pensar que podía hacer cerca de 800 kilómetros en 10-12 días.

Pero como os digo, tengo esa espinita clavada desde aproximadamente el mes de marzo del año pasado (2009), y como buen maño que soy (aunque sea de “adopción”): “Si llegas a ser maño de nacimiento… A cabezón no te gana nadie”. (dice mi suegra).

La preparación comienza en agosto del 2009. Físicamente estoy peor que un trapo viejo; descuelgo la top-line alu100 del año 1995 que tenía en el trastero y que hacía como cosa de 10-12 años que no la tocaba (y creo que la última vez fue para hacer la mudanza). La limpio un poquitico con un trapo húmedo, inflo las ruedas, compruebo los frenos y… sólo de pensar que me voy a subir ya me entras las primeras agujetas. Pero ahí voy… ¡¡a surcar las tierras de la ribera del Ebro!!.

El primer día de entrenamiento no llego ni al pueblo de al lado (4 kilómetros) y vuelvo a casa reventado; con el culo más rojo que un mandril; el segundo día me uno a tres amigos que solían salir los fines de semana; 10 kmts. de ida: aguanto pero las posaderas ya me piden una tregua. A la vuelta, uyyy!!, a la vuelta… Uno de los compañeros tuvo que, literalmente, remolcarme hasta casa. El trayecto de vuelta no lo puedo describir porque no me acuerdo de nada; simplemente recuerdo que cuando recobré un poco el aliento, estaba en el lavadero de coches viendo como me lavaban la bicicleta.

No tenía ni cuerpo. Ninguna parte de él respondía. Seguramente que mi cerebro ni tenía fuerzas para dar órdenes. No podía ni con las pestañas. Esa tarde la pasé fatal.

Tomé una decisión: “No salgo con nadie más hasta que no esté preparado para aguantar una salida de 20 kilómetros.

Fui saliendo todos los sábados y poco a poco iba haciendo más recorrido, mejores tiempos, mejores rutas; más desniveles.

El mismo mes de agosto, me dispongo a buscar información en la biblioteca y sobretodo en Internet de todo lo relacionado con El Camino de Santiago: etapas, albergues, credencial, Compostelana, material necesario, y encuentro varias páginas interesantísimas. Quisiera destacar una en particular, que es con la que más me estoy formando/informando en esto de los preparativos del Camino: Bicigrino.com. Aparte de lo que puedan opinar algunas personas, es ciertamente una gran página. En realidad es un foro donde se comparten las vivencias, temores, dudas, experiencias, preguntas, comentarios, pensamientos de todas aquellas personas que tienen intención de realizar el Camino de Santiago, y como no de esos grandes veteranos que ya lo han realizado una, dos, tres o incluso ocho veces. Gente con experiencia, con mucha experiencia, son los que nos “guían” sobre todo lo referente a “El Camino”. Es una gran comunidad de amigos, porque así los considero yo, con el mismo fin: Vivir el Camino de Santiago por cualquiera de sus vertientes. Son mis amigos del Camino.

La bicicleta, con todo el tiempo que hacía que no la tocaba, empezó a fallar por todos los sitios. Primero el cambio, seguido por los frenos, sillín, potencia….

Fui a la tienda de mi pueblo y Diego un chaval extraordinario me fue “guiando” por el buen camino ciclista. Me recomendó que no siguiera haciéndole “apaños” a la bici; que ahorrara un poco y por el precio de las reparaciones me comprara una bicicleta nueva, aunque fuera normalita.

Así lo hice; eurico a eurico, mirando, mirando… y, sobretodo, gracias a mi mujer, acabé con la que creo que es una de las mejores compras, (dentro de mis posibilidades económicas) que he podido hacer: La Giant Talon 3. Parecía que tenía alas.

No hay color con la BH Top-line del 95.

Compra de maillot y culotte en condiciones y a seguir entrenando.

Poco a poco he ido cogiendo experiencia, he ido actualizando y perfeccionando el vestuario, porque parecía un “dominguero” al lado de los ciclistas, que ni siquiera me saludaban, cuando me cruzaba con ellos. Intento salir día sí día no, y me noto bastante por no decir mucho mejor, que cuando empecé. He cogido fuerza y creo que ahora ya estoy capacitado para afrontar varias etapas seguidas de 70-80 kilómetros.

Cuanta razón tenía esa frase que le dijo Diego a Lydia, cuando ella decía que me duraría poco tiempo el tema de la bicicleta: “Cuánto más sales con la bicicleta, más ganas tienes de volver a subirte a ella.”

Los preparativos del material… una ruina. El grifo no para de gotear. Y lo que queda todavía… Y dicen que el golf o esquiar es caro.

Van pasando los días y con ellos los nervios van creciendo. Leyendo a algunos de mis amigos foreros, como “a4velas”, “paco-pi”, “ivan-vi” o el mismísimo “bicigrino” y alguno más que seguramente me olvido, que este año 2010 ya lo han realizado, y en este preciso instante el gran “mijitas” está en ello, se me pone la gallina de carne; es como si estuviéramos haciendo el Camino con ellos, todos juntos. Cuando a uno le nevaba, todos teníamos frío, cuando a otro le dolía la rodilla nos poníamos hielo, cuando otro se equivocaba de camino y tenía que retroceder tres kilómetros cuesta arriba, nos cagábamos en tó!.

Consejos de mariadelao, zerpoty, beteteroncarrozon, juanin, jimmys69… valen su peso en oro. Y qué decir de los ánimos que te dan personas como Giraldilla, AKM, malabart, y otros tantos.

Quería hacer el Camino desde Saint Jean Pied de Port pero me di cuenta de que no tenía tiempo material, así que decidí hacer una ó dos etapas antes. Calculando los kilómetros que podía hacer diarios, para que no fuera una carrera, ví que tendría que salir desde Pamplona. Pero yo quiero empezar desde SJPP!!!.

Bien pues… el día 04 de marzo de 2010 comencé mi CAMINO DE SANTIAGO. No me lo podía creer. Los 2 días anteriores soy un saco de nervios. Me llega el momento de ser lo que muchos ya han sido: un peregrino, o mejor dicho un verdadero bicigrino.